lunes, 21 de noviembre de 2011

El Chichón de Javier

El Chichón de JavierUn nuevo remador ha sido inducido al culto del casco: Javier. Ya se está comprando su nuevo casco, de lujo. Nada como un buen golpe para quedar convencido de lo esencial que es un casco que se pueda ajustar bien a la cabeza, en especial, que cubra bien la frente. Voy a tener más cuidado con los cascos que presto de ahora en adelante...

Javier es la tercera persona que se golpea la frente usando el casco barato que le presto a los remadores que están empezando el deporte y todavía no tienen su equipo completo. Voy a conseguirme un casco de los más protegidos, como de los que usan las empresas  que llevan clientes en balsas. La verdad es que no quisiera que le pasara algo más grave a un kayakero incipiente cuando está bajo mi responsabilidad y ya es claro que ese casco Bell no es apropiado para los ríos.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Hardrock 100

Bueno, envié mi aplicación a esta carrera, por si acaso. Esta carrera es igual de difícil que  el Ultra Trail de Mont Blanc, o, tal vez, aún más difícil. Pero creo que así aprovecho el entrenamiento y mato dos pájaros con la misma piedra. Ya tengo una idea de cómo es el recorrido, tengo los mapas de la carrera, y conozco el lugar de cuando acompañamos a Luis Carlos a participar en esta carrera, como cuadrilla de corredor. Necesitaba tener algo en el plato para ir picando mientras llega UTMB.

El 4 de diciembre es la lotería, y, hasta entonces, esto solamente es una aplicación. Dentro de dos semanas sabré los resultados. Si sigo con mi buena suerte, voy para Silverton a correr por esas montañas tan esplendorosas. ¡Tengo todos los dedos cruzados!

viernes, 11 de noviembre de 2011

Pacora Full House

[caption id="attachment_1901" align="alignright" width="640" caption="El Tapon del Pacora"]El Tapon[/caption]

Ayer nos salió un Full House en el Río Pacora: 3 Jackson y 2 Wavesports. El Río Pacora estaba cristalino y con buen nivel de agua, el cielo estaba algo nublado para protegernos del sol, y los kayakeros estábamos contentos de regresar al río. Hacía un par de meses no remábamos ese río. Entre una cosa y otra se me estaba acabando el año y no había remado mucho hasta ahora. En el río estábamos Javier Feliu, Jose Feliu, Joaquin Gil del Real, Tino Nellos y yo. Javier y Jose estaban aprendiendo a remar, y Tino recordando como remar.

Cuando pasamos por San Miguel me pareció ver el río un poco seco, pero al llegar a La Chapa todos concurrimos que había buen nivel de agua. Lo primero que hicimos después de bajar los botes del auto fue iniciar a Javier y Jose en los detalles del kayak roll. Algo logramos enseñarles, pero era evidente que lograríamos que dejaran de sacar la cabeza antes de enderezar el bote y sus roles estaban fallando. Ese día iban a nadar mucho...

Tino, que tenía como tres años de no remar también había olvidado como ejecutar su roll y después de enderezar su kayak hacía un latigazo con la cabeza que lo regresaba al agua. No hubo forma de que Tino y los demás sacaran la cabeza del agua con delicadeza, así es que decidimos empezar a remar y dejar de perder el tiempo con inducciones ex-témporas a orillas del río. ¡Rumbo al mar, a donde van todos los ríos!

La Moledora se quedó con ganas de triturar la carne fresca que le traíamos, pero mandamos a los jóvenes a caminar este rápido para evitar que se nos acabara la diversión justo cuando iniciábamos. Este rápido ya ha dejado varios viajes interruptos, dislocando hombros y reventando cabezas. El problema es una piedra que está bajo el agua, plantada justo dentro del flujo principal. El que se voltea antes de entrar al rápido la va a pasar mal. Joaquín y yo bajamos La Moledora, yo rebotando por las piedras y Joaquín por todo el centro, dando cátedra de control.

La Paila frió a Tino, quien nadó cuando bajó a la primera piscina y luego quedó en el hueco de la izquierda. Por suerte pudo rescatar su bote antes que la corriente se lo quitara. Había buena agua y las olas en el río permitían buen surf. Como teníamos mucho tiempo por haber llegado temprano al río, aprovechamos todo lo que encontramos para jugar. Jose, que estaba en su primer viaje río abajo, estaba algo retirado del juego - lógicamente, no quería nadar temprano. Después de su primera nadada se le quitaría lo timoroso.

La ola de La Presidencia estaba a un nivel que no nos permitió gozarla. Le faltaba un poco de agua y no podíamos llegarle por que no podíamos pasar los escalones que tiene a los hombros. En el chorro de La Presidencia aproveché para tomar fotos de todos en esa angostura que se presta para buenas fotos. Aquí nadaron todos los que no tenían su rol de combate: Tino, Javier y Jose. Pero, ¡las fotos quedaron buenas!

Estos hermanos Feliu son valientes: cuando llegamos al Tapón, que es un chorro que mete los pelos para adentro, ni chistaron en bajarlo - sin considerar las consecuencias. Nuevamente, el trío dinámico nadó. En El Tornillo volvieron a nadar los jóvenes. Mientras le sacaban el agua a sus kayaks, Joaquín y yo jugamos en las olas del río. En una de esas quede volteado inesperadamente y no sentía que la pala izquierda de mi remo Lendal mordía agua - se había roto mi remo. Hice el rol con el lado bueno y traté de atrapar la pala rota, pero la perdimos en la corriente.

Por suerte, mi auto estaba en la orilla y tenía palas de repuesto para el remo. Me molesta mucho que se haya roto mi remo, pero el repuesto salvó el día y seguimos con la diversión río abajo. Ya van dos veces que se me rompe un componente del Lendal: no muy confiable. Lástima, por que realmente me gusta este remo. Lo que compensa este problema es que solamente tengo que reponer lo que se rompe, en lugar de tener que reponer el remo entero.

La ola de caballo blanco estaba en su punto y pasamos un buen rato jugando en ella. Javier logró sacar varios rol de combate. Estos hermanos va a progresar rápidamente en el río. Como han estado remando cayucos por varios años, van a aprender rápido con los remos de doble pala. Ya para estas alturas de la remada todos los viejos estábamos listos para acabar la diversión. Decidimos llegar hasta el zarzo del Río Indio, pero ya íbamos a tener cinco horas en el río cuando llegáramos allá.

A la hora de salir del río se abrió el cielo y tuvimos que cargar los kayaks al auto bajo la lluvia. Nada del otro mundo, ya estábamos mojados. Por suerte nos tocó el clima ideal a través de toda la remada. Terminé con un hambre que solamente podía pensar en un pollo de la 24 de Diciembre para meterle al pebre.

 

domingo, 6 de noviembre de 2011

Río Chame

Ayer remé el Río Chame junto con Javier Ferliu y Rodrigo Barsallo, ambos primerizos en kayaks de aguas blancas. Por suerte el río tenía un buen nivel de agua y no fue necesario caminar ninguna sección. Le presté mi Jackson Hero a Rodrigo para que no tuviese problemas con un kayak como el Big EZ que había llevado Javier, un kayak de bajo volumen que no es muy apropiado para tener una buena experiencia en la primera remada de aguas blancas por su bajo volumen. Hacía tiempo que no remaba un kayak que no fuera un Jackson y pasé mucho tiempo incómodo dentro del kayak sin poder hacer los pequeños ajustes que permite un Jackson hacer dentro del bote, sentado y en posición de remo.

Rod y Javier la pasaron muy bien y estoy seguro que pronto estarán acompañándonos en otras remadas más exigentes. Espero poder llevarlos a través de la progresión del aprendizaje de remo en aguas blancas sin asustarlos muy temprano. He cometido ese error anteriormente, perdiendo potenciales compañeros de aventura por meterlos en aguas que estaban por encima de su nivel. A veces es difícil mantener la perspectiva de lo intimidante que puede ser el río, aún cuando piense que no hay ningún peligro, no todos van a verlo igual que yo.

Javier, manejando el Wavesport Godzilla que compró recientemente, se pasó luchando por lograr que el bote fuese en linea recta. La progresión del kayak lo tenía enredado y cada tantas paladas quedaba metido en un giro que no deseaba. Al final de la remada Javier cambió a remar el BigEZ que yo estaba remando. El BigEZ, que no tiene nada de Big, fue más fácil de controlar para Javier el Godzilla, pero también le dio guerra cuando procuraba remar en línea recta. ¡Que inmenso se sentía el Godzilla! Y recuerdo cuando el Godzilla era un bote pequeño en comparación con el Perception ARC que yo remaba.

Rod remó el Jackson Hero mío y la pasó muy bien, admirado de cómo el bote lo sacaba de apuro cuando la cosa se ponía difícil. Aún así, Rod nadó varias veces, al igual que Javier. Por suerte ambos salieron completamente ilesos del río, y lo peor que pasó fue que Javier se enterró una espina en el pié cuando camino por la orilla, fuera del kayak que había perdido cuando se volteó en medio de un rápido.

Remamos desde Bajo del Río hasta Cabuya. Nos tomó cuatro horas hacer el recorrido completo. Las últimas veces que había remado el Chame he salido por la finca de Gerardo Solis, acortando la remada en una hora. Como el río tenía buen volumen de agua, la última hora estuvo divertida, más de lo que hubiese estado si el nivel del río fuera menor. El Chame tiene unos árboles espectaculares, y unas galerías muy atractivas que me hacen sentir como si estuviese remando dentro de una catedral viva. Solo faltaban los Jacarandá floreados para coronar el día con color.

Sabíamos que estábamos llegando a Cabuya por que podíamos escuchar la música que retumbaba en el balneario. El plan era que llamaríamos a Naroa, la esposa de Rod, cuando llegáramos al balneario para que nos viniese a recoger. Llegamos con sed a la orilla y el ingenioso de Rod le hizo una buena oferta a un grupo que tenía una hielera llena de cervezas: ¡pinta x dólar! Todos quedamos contentos con cerveza helada para amenizar la espera, que fue poca. Otro buen día en el agua.

 

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Mis Muertos

He estado tomando un par de martinis y recordando muertos. No había caído en cuenta, hasta hace un instante, que hoy es el día de los muertos. Cuando empecé a hilvanar las memorias de las últimas horas, pude darme cuenta claramente que había estado recordando memorias de mis muertos. Creo que todo comenzó por que fui a buscar unos  kayaks donde Daisy, que eran de su difunto esposo, y ella (y yo) nos pusimos triste en un momento dado al pensar en lo que ambos habíamos perdido.

Yo nunca menciono a los muertos, como si fuera un bosquímano, o un Navajo, y sencillamente pienso en el momento en que me una con mis viejos amigos.Este mundo es de los vivos, y los muertos nos pueden esperar. Mi primer gran muerto fue mi abuelo, a quien vi morir mientras exhalaba su último aliento y yo le sostenía su mano, hace más de 30 años. En el tiempo que ha pasado he perdido muchas otras personas allegadas a mi, algunas jóvenes, otras mayores, y siempre he reaccionado igual. Recuerdo la gran tranquilidad que sentí cuando murió mi abuelo, y casi que lo pude sentir cuando hizo su transición al más allá.

Yo no busco morirme en ningún momento cercano, pero estoy claro que vivo mi vida sin preocupaciones por el momento en que llegue a su fin. No creo que haya nada más allá de esta vida que estoy experimentando, y eso está bien conmigo. Y por eso siempre vivo en el presente: el pasado es un cheque cancelado y el futuro es una nota promisoria, pero el valor está en el ahora. Procuro no perder tiempo ahora pensando en lo que pudo ser, ni en lo que podrá pasar.

Esto no quiere decir que no cuide el presente. Yo estoy entrenado en las mil y una técnicas para salir adelante en casi cualquier instancia: soy buzo de rescate, tengo mi certificado de RCP (necesito re-validarlo), he leído muchos libros de supervivencia, primeros auxilios, rescate, y temas relacionados. Yo cuido mi vida, y la de quienes me rodean. Pero, igual arriesgo mi vida despreocupadamente, el día que me toque estoy seguro que será por las causas más triviales que me pueda imaginar.

Entre mis muertos tengo amigos que se han caído del cielo en aviones y helicópteros, han sido atropellados, se han quitado la vida por sus propias manos, uno fue abaleado, otros se fueron por cáncer, uno se ahogó, a otro le dio una congestión intestinal, varios se accidentaron en autos. Hay mil formas en que se puede perder la vida. Pero hay una sola manera de vivir la vida: con el pedal hasta el fondo, todos los cilindros tronando, dejando el cuero en la carretera. ¡Feliz día de los muertos!