martes, 30 de marzo de 2010

80k - American River

He estado tratando de proyectar que tiempo voy a hacer en el ultra maratón de American River. Estoy fuera de mi marco de experiencia ya que lo más que he corrido son 42k. De lo que he leído, un buen estimado es el tiempo normal de un maratón más 2 horas adicionales. ¿Pero qué considero el tiempo normal de un maratón? He estado mejorando mis maratones desde que los he estado corriendo. ¿Qué tiempo tomo como referencia? El promedio es una posibilidad, pero la realidad es que el promedio es un tiempo muy alto para lo que estoy corriendo ahora mismo. A la misma vez, mi mejor tiempo también esta basado en un solo maratón.

Creo que puedo tomar 4 horas como mi maratón de referencia, y estoy seguro que ese es un tiempo conservador que fácilmente puedo superar. Con esa cifra llego a 10 horas par el tiempo estimado de mi ultra próximo. Mis expectativas están en 9:30, como siempre, siendo optimista. Cualquier tiempo que tenga un 9:?? me haría feliz. El próximo punto es estimar el paso que me va a llevar a la meta dentro de ese tiempo. No puedo tomar ese tiempo y dividirlo entre la distancia y pensar que ya he llegado a el paso que debo sostener.

No es posible correr sin parar, para mi, por todo ese tiempo (10 horas). Voy a hacer paradas durante mi carrera: para orinar, para comer, para ver la vista y oler las flores. Hay 12 puntos de abastecimiento a través del recorrido que me va a llevar a la meta. Como mucho, puedo estimar 2 minutos en 10 paradas y 10 minutos en 2 paradas - un total de 40 minutos. Si le resto este tiempo al total que tengo en mente para terminar la carrera me quedan 9 horas 20 minutos. Ahora asigno una media hora para las paradas recreativas y las inesperadas y llego 8 horas 50 minutos. El paso que debo seguir para ese tiempo es de 6:22 el kilómetro, en promedio.

Ahora viene la parte de apreciación interesante: a mi no me gusta correr tan despacio. Mi ritmo de fondo siempre es menor de 6 minutos por kilómetro. Y a ese paso voy cómodo, muy cómodo, con mi corazón trabajando sin mucha exigencia. ¿Será posible que logre promediar 6min./km. si corro un poquito más rápido que eso y camino las subidas, todas? ¿Cuanto se degradará mi ritmo a medida que vayan pasando las horas? Por supuesto que no he entrenado lo suficiente para tener una buena experiencia que me permita juzgar apropiadamente cuanto me voy a desgastar. Me es más fácil predecir ese desgaste en una bicicleta que corriendo.

Al final de cuentas, para mi lo más importante para esta primera ultramaratón es terminar mi carrera. Cualquier tiempo es mejor que no terminar la carrera. No tengo ningún DNF (no terminó) en ninguna prueba individual en las que he participado. No quiero que esta próxima prueba termine con mi buen historial. Este aspecto es más bien un reflejo de mi relajo que de mi competitividad. Si estuviese participando al tope sería más común que me reviente en un porcentaje de pruebas, pero mi estilo es mucho menos exigente. Para mi la diversión está en el camino, no en la meta. De hecho, cuando llego a la línea de partida ya he disfrutado el 90% del recorrido, todo el recorrido que me llevo hasta ese punto. Terminar la carrera ya es el último tramo del compromiso que adquirí cuando decidí participar en esa precisa competencia.

Han habido excepciones... Una noche estaba en un bar y un amigo me dijo que el fin de semana era La Vuelta a Colón, la competencia de aguas abiertas más larga de Panamá. Ese domingo estábamos en la partida. En ese caso, terminar era el 100% de la diversión. Esta vez, voy para una meta que tengo como tres años de tener en mente, y han transcurrido unos 4 meses desde que me inscribí en la carrera. Me costó mucho iniciar el entrenamiento: entre una cosa y otra se me hacía difícil entrenar. Ahora estoy asustado, corriendo por el miedo de que no llegue a la meta, de que me truene el motor y se me explote un cilindro - no quiero volarme la tapa del motor en plena carrera, y espero que las llantas no se me pinchen. Ya el corazón comenzó a hacer pum-pum-pum con anticipación.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Boqueron 2010

Por 20 años he estado caminando el Río Boquerón, desde 1990, y todavía no me canso de ese recorrido. Cada vez tiene algo nuevo, algo viejo y siempre es divertido. Esta última caminata que hicimos no ha sido la excepción: 19 caminantes entramos por La Línea en Nombre de Dios y salimos por Boquerón Arriba, todos reídos. En esta ocasión hubo una buena cantidad de personas que hacían esta caminata por primera vez. Todos quedaron contentos y aprendieron algo de caminar por el bosque tropical humedo, por ríos.

Por más que traté de ir super liviano, mi mochila quedó pesando cerca de 20 libras, y no llevaba casi comida. No me dió el ánimo para ir a comprar comida para hacerme unos emparedados, y mi cena ya estaba resuelta: yo cargaba la estufa y mi hermano Roger llevaba la cena. Saqué de la despensa unos chocolates calientes en sobre, unas avenas instantáneas, y me llevé una cantidad razonable de raciones energéticas que tenía para mis corridas largas. Con eso tuve suficiente para todo el fin de semana. Lo suplemente con comidas que me dieron los que sí fueron bien preparados con alimentos de sobra. Robert Souter me dió lo que le quedaba de un emparedado que se estaba comiendo, Jordi me dió una lata de atún preparado, y Argelis me dió un par de mafás. Joaquín decidió quitarse las ollas de encima y se compró una mochila tan pequeña que de a milagro le cupo todo lo que llevó (casi nada).

Mona, que iba por primera vez, hizo todo el recorrido en sandalias Keen. El primer día no le fue muy bien pues las sandalias se le llenaban de piedras de río y estaba muy incómoda. El segundo día resolvió el problema con un segundo par de medias que colocó por encima de toda la sandalia, y luego dobló la media de adentro por encima de la media de afuera. Problema resuelto - no más piedras en sus sandalias. ¡Genial! En cada caminata se aprende algo nuevo...

Teresa me pidió que le llevara unas taguas. Las recogí en la primera palma de tagua de la caminata. Estaban en su punto, bien formadas y sólidas. Como el mazo pesaba tanto lo reventé para poder llevarme las semillas sueltas. Por desgracia se me quedaron en el campamento: se mezclaron con la hierba mojada del piso y nos la vi cuando llené mi mochila para la caminata del segundo día. Ojalá que las semillas peguen y tengamos una palma de tagua donde siempre acampamos el primer día. El segundo día traté de recoger más semillas de tagua en unas plantas que están llegando a La Escandalosa, pero no estaban listas las semillas: todavía estaba líquido el contenido del coco de la tagua. ¿Cómo sabrán los indios cuando es apropiado recoger la semilla de la planta?

Vimos muchas culebras a través de nuestro recorrido, pero la mayoría no eran venenosas. Creo que nunca habíamos topado con tantas culebras. Pero, curiosamente, no vimos mucha fauna en nuestro viaje. Todavía están desmontando un poco en el lado de Brazo Cedro, justo antes de subir a los rieles. Pude ver claramente cintas que otros caminantes colocaron en la ruta que siempre sigo. Yo también coloqué cintas en esta ocasión, como siempre lo hago, pero mis cintas son las de agrimensura, y las cintas que estaban colocadas eran de seguridad. Me alegra ver que se esté usando el mismo sendero por varios grupos, así le causamos menos estrés al bosque.

La noche del campamento nos cayó un palo de agua que mando a la mayoría para sus toldas y hamacas. Un grupo se quedó hasta la muerte, hasta que se les acabó todo lo que había que tomarse en el campamento (a la vista). Al día siguiente Mona decidió que no iba a cargar lo que le quedo de su vodka y lo botó. Supongo que los de la noche hubiesen durado más si se enteraban que quedaba más combustible guardado por los derredores. Yo, por suerte, estaba al margen de la parranda por estarme preparando para el American River 50, un ultra maratón que voy a correr el 10 de abril. Necesito perder unas 10 libras para correr con menos peso encima y tomé la decisión de cortar el alcohol hasta que crucé la meta de los 80 kilómetros que me esperan. Por ahora estoy muy contento con mi decisión.

La diferencia entre los veteranos de esta caminata y los primerizos fue obvia desde un principio. Los veteranos que aprendieron de sus caminatas anteriores iban mucho más livianos que los que nos acompañaban por primera vez. También estaban algo mejor preparados con calzado tipo zapatillas de correr y hamacas para dormir (en lugar de botas y toldas). Las mochilas de los veteranos también eran más pequeñas y livianas que las de los más novatos. Argelis fue una excepción por que vino preparada con absolutamente lo mínimo necesario. Cedric también vino bastante bien preparado con sus zapatillas y una mochila liviana. Jonathan trajo sus zapatillas "casi nuevas" de 6 años (pero de poco uso) y se le separaron en el camino. Se me olvidó decirle a Jordi que recalcara que todos deben traer calzado en buen estado, nada de más de 2 años por que no resiste el viaje.

He quedado con ganas de hacer una caminata como esta, pero más larga. Tengo ganas de entrar por Cuango, subir por Río Cuango, y bajar por el Río Chagres. Hace tiempo que tengo esta caminata en mente. Creo que ahora tenemos un grupo de gente con experiencia de la cual puede salir un grupo interesado en este recorrido, y que tiene el acondicionamiento físico adecuado para un recorrido como ese. Yo creo que lo podríamos hacer en unos 5 días, tal vez menos. No debe haber mucho perdedero: los ríos de los que estamos hablando son bastante grandes, el terreno no permite mucho juego en la ruta que hay que seguir.

Por lo pronto parece que volveremos a caminar Chorros de Olá en un futuro cercano. Ojalá llegue pronto ese futuro. Mis piés ya están listos para otra caminata, esta se me quedó en una muela.

martes, 23 de marzo de 2010

Buen Recorrido

¡Qué buena corrida que he hecho esta tarde! Mezcle varios recorridos por el Parque Metropolitano y la cabecera de la pista de Albrook para hacer un de 13.5 kilómetros, en su mayoría fuera de la calle y arbolado. Salí de mi casa frente a La Salle, baje hacia la Cervecería, crucé por el paso peatonal hacia La Locería, y seguí la Juan Pablo II hasta los establos. Entrando por el Club de Equitación de Clayton tomé el sendero que salé frente a lo que era Curundu Highschool, me fui por un costado de la cerca de ese lugar hasta Albrook Mall, crucé por los campos de pelota hacia la cabecera de la pista de Albrook. Al final de la pista hay un sendero que sale a Albrook, casi frente a la calle de Green Valley, allí giré a la derecha para ir a la puerta de atrás de Albrook para regresar hacia la Juan Pablo. En la Juan Pablo inicié el recorrido de regreso a casa, pero antes me metí por el Sendero de los Momótides dentro del Parque Metropolitano para agregarle 1 km a mi recorrido.

El recorrido sin el Sendero de Los Momótides hubiese sido de 12.5 kms., pero pocas veces pierdo la oportunidad de recorrer ese sendero circular. Además, de regreso, me metí por el Sendero El Roble, que va desde la Sede del parque hasta la garita del Sendero del Mono Tití, paralelo a la Juan Pablo II. Este sendero no le añade distancia al recorrido, pero me aleja de los autos. Hay otros senderos que se pueden usar para meter más kilometraje en la corrida, como algunos dentro de Curundú, otros más dentro del mismo parque. Entre Albrook Mall y Altos de Curundú hay un sendero que los conecta, saliendo justo frente a la entrada de Curundú.