lunes, 23 de marzo de 2009

Portobelo 2009

[caption id="attachment_516" align="alignright" width="300" caption="Cruzando la meta"]Cruzando la meta[/caption]

Hace 11 años que participé en mi primer triatlón, el Triatlón de Portobelo 1999. Esta fue la XI Edición contínua de esta carrera. No he podido competir en todas, pero siempre planeo en seguir participando. Este año casi no participo por que me iba a caminar un segmento del Transpanamá con Miguel Esquivel, pero a último minuto me salieron compromisos que me hicieron cancelar la caminata. Por suerte aún quedaba tiempo para inscribirme para esta carrera. Hubiese sido una pena perderme la caminata y perderme, además, el Triatlón de Portobelo. 

Este año logré mi mejor tiempo en la nueva ruta de la carrera que ha permanecido igual por los últimos 4 años. Mi tiempo fue de 3:58:19 logrando romper las cuatro horas. Mejoré en 7 minutos el tiempo que hice el año anterior, y también mejoré todos los tiempos de cada evento, incluso el de las transiciones. Estoy seguro que todavía puedo mejorar mucho de aqui a noviembre 29, cuando pretendo hacer el Ironman de Cozumel. En la natación es donde más tengo que mejorar. Este año mejoré la nadada en 45 segundos contra el año anterior. Me sirvió nadar el medio-Ironman en noviemobre.

Curiosamente, estaba a punto de retirarme de la carrera a minutos de haber iniciado. Me iba a ahogar tratando de nadar en la estela de Robert Zauner, que nadó en 38 minutos. Cuando ya el corazón no me daba más y me quedé sin remolcador, mis ánimos estában por el piso pensando en tener que nadar solo toda la distancia. Pero cuando miré hacia atrás vi que todavía habían muchos nadadores siguiéndome. El próximo que me pasó era un jóven fuerte y pensé que podía quedarme tras él. El resto de la nadada me fue excelente nadando cómodamente en la corriente justo detras de mi remolcador. De hecho llegué muy descansado a la transición.

Cuando inicié la bicicleta estaba fresco y decidí que guardaría mi fuerza para el último tramo de la bicicleta, cuando regresaba al asfalto después del descenso de la montaña. Estaba contento por qué sabía que tenía mucha gente por delante a quien pasar en la bicicleta. Siempre es divertido tener pequeñas metas durante la carrera y, generalmente, competidor visto es competidor muerto. Hiriam Cerezo, de 30-34 años, fue la excepción. Nos pasamos mutuamente durante toda la etapa de bicicleta. Logré llegar a la transición justo antes que Hiriam, pero más nunca lo volví a ver: salió de la transición antes que yo y corrió 11 minutos más rápido que yo.

César Kiamco también logró escaparse, una vez más. Me lo pasé en la bicicleta, esta vez al final de la bajada. César llegó a la transición poco después que yo y salió inmediatamente ya que no tenía que cambiarse de zapatos. Lo logré ver nuevamente en la corrida, ya después de la bajada. Casi me lo alcanzo, pero llegó a la calle como 50 metros delante de mi. Una vez que César llegó al camino plano había pocas posibilidades de que lo lograra rebasar. Ya lo había perdido de vista cuando giré por Los Cañones. Desde que toqué el asfalto sabía que había una posibilidad de romper las 4 horas. Al final crucé la meta en 3:58:19 - contento.

martes, 17 de marzo de 2009

Sorpresa Grande

Este domingo nos llevamos una gran sorpresa en el Río Grande. LLegamos esperando encontrarnos un río seco y tranquilo y nos encontramos un Río Grande fluyendo al máximo y boxeando duro. Habíamos traído a Chicho para que nos acompañara y no duró ni el primer minuto adentro de su bote. No lo debí haber dejado meterse al agua, pero no fue hasta después de bajar el primer rápido que caíen cuenta que el Grande estaba a tope.

El primer rápido me volteó entrando y cuando regresé a la superficie después de un rol instantáneo ya Chicho estaba nadando. Y todavía faltaban varios huecos y olas grandes antes de llegar a las aguas más tranquilas al final del rápido. El río estaba fluyendo rápido con el volúmen tan elevado de agua que estaba bajando. Joaquín y yo iniciamos el rescate de Chicho y su equipo inmediatamente, con urgencia. Si no lográbamos completar el rescate a tiempo íbamos a tener un problema en nuestras manos: la construcción de la hidroeléctrica tiene un tramo del río lleno de varillas de hierro que lo hacen potencialmente letal y ya faltaban menos de 500 metros para llegar a ese obstáculo.

No habían pasado 5 minutos en el Río Grande y estábamos calientes con la emoción que trae la sangre llena de adrenalina. Al pobre Chicho le temblaban las piernas y se sentía como si hubiese vuelto a nacer. Después de recuperar algo de la calma procedimos a implementar el plan b. Mándamos a Chicho de vuelta a la calle para que viera como lograba encontrarse con nuestro transporte y llegar por su cuenta a donde nosotros saldríamos del río. Le tocaba una buena muleada con su kayak al hombro, pero todavía se encontraba donde quedaba esa opción. Más adelante no existiría la posibilidad de salir caminando del río tan fácilmente. También cambiamos el kayak de Chicho por el de Joaquín para que Chicho no tuviese que cargar un bote tan pesado.

A partir de ese momento quedamos Joaquín Gil del Real y yo solos en el Río. No era la mejor de las situaciones, pero los dos estábamos claros en qué es lo que nos esperaba y dispuestos a bajar ese río. Ya antes habíamos bajado el río inundado y ahora el río no se veía tan difícil, solamente estaba al máximo de su flujo y el día estaba soleado, ideal. Aún asi, Joaquín y yo estabamos al máximo de la emoción: miedo extremo mezclado con júbilo. Rara vez le toca a uno encontrarse con un río en condiciones perfectas. Sabíamos que a este nivel tendríamos que esquivar un par de obstáculos peligrosos y caminar unos tramos muy difíciles. ¡El resto sería pura diversión!

Entre las cosas increibles que pasaron ese día caíen pequeño hueco hidráulico y que atrapado, pero remando. Estaba peleando duro para mantener mi posición en el hueco mientras lograba ver como me escapaba. De repente quedé completamente sumergido en el hueco, con la cabeza bajo el agua, kayak, remo, ¡todo! Inmediatamente sentícomo me atrapó el flujo de agua al fondo del hueco y salíacelerado por la corriente, río abajo. Regresé a la superficié como un corcho y todavía con la cabeza arriba del kayak. Pero el rápido no se acababa asi es que seguíremando, dejando el análisis de lo sucedido para más adelante.

También, al llegar a La Angostura el agua nos fue acelerando de manera increíble. Cuando ya estaba por salir del estrecho una ola se trepo en la cola de mi kayak y me puso vertical, como si estuviese haciendo un wheelie con el kayak. Y asícontinué unos 30 metros río abajo hasta salir de la parte más estrecha del río. Joaquín y yo teníamos una sonrisa de manicomio en la cara. ¡Qué buena remada!

miércoles, 11 de marzo de 2009

Gel Blasts

[caption id="" align="alignright" width="240" caption="PowerBar Gel Blasts"]gelblasts[/caption]

Por casualidad me llegaron una cantidad de PowerBar Gel Blasts para distribuir gratuitamente en los Relevos Transístmicos. Me llegaron 500 sobres para repartir y me quedé con unos cuantos por que no habían tantos corredores. Los he usado varias veces en mis entrenamientos para el IronMan de Cozumel. He encontrado que son el mejor producto de PowerBar para mi uso. Ya estaba cansado de los Power Gels y sus sabores.

Estas gomas de gel las puedo dosificar a la perfección. El sabor de Cola no es muy dulce y puedo tolerarlo fácilmente. Cada goma tiene unas 15 calorías y puedo ir consumiéndolas poco a poco, cosa que es difícil hacer con un Power Gel. Jamás se me hubiese ocurrido probarlas. Por fortuna me llegaron y han resultado excelentes. Lástima que no esten disponibles en las tiendas locales.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Camino a Cozumel

A medida que se acerca la fecha de Ironman Cozumel 2009 estoy comenzando a ver más difícil que logre terminar ese evento. Es como un edificio que se ve pequeño en la distancia y a medida que uno se va acercando el edificio va creciendo en magnitud. Me imagino que cuando este parado en la puerta de entrada al Ironman me sentire como cuando uno está parado frente al Empire State en Nueva York. Por eso es que el entrenamiento para el Ironman comienza con tanta antelación para que se torne casi imperceptible y poder incrementar poco a poco la distancia y la intensidad.

Mi problema es que no soy constante y últimamente me está costando mucho levantarme en la madrugada para marcar mis horas de ejercicio. Y tampoco he estado haciendo mis paseos kilométricos los fines de semana. Desde que inició el 2009 he estado ocupado en diferentes actividades y he dejado a un lado mi rutina de ejercicios. Ahora tengo que ver como hago para volver a iniciar mi programa de entrenamiento. ¡Qué problema!