jueves, 16 de agosto de 2007

Tórsalo

[caption id="attachment_587" align="alignleft" width="300" caption="El Tórsalo"]El Tórsalo[/caption]

Nunca pensé que compartiría mi cuerpo con un gusano. La verdad es que puedo haber sido ingenuo. Con todo el tiempo que he pasado en el campo, las probabilidades eran que tarde o temprano me tocaría encontrarme con parásitos. Pensaba que las posibilidades eran hacia los parásitos intestinales, pero ese número todavía no ha salido en mi lotería. Hace unos días me saqué mi primer tórsalo. 

La experiencia comenzó con una "picada" que no se me había sanado después del período normal para que estas cosas desaparezcan. Esta picada estaba justo en mi tendón de aquiles, y, con el paso del tiempo, me picaba más y más. Mis sospechas de qué tenía en esa picada eran mixtas, sospechaba leichmania o tórsalo. Pero se inclinaron hacia tórsalo cuando a los perros que me acompañaron en una caminata, unas semanas antes, les sacamos varios gusanos de tórsalo. Pero los gusanos que le sacamos a los perros estaban bastante crecidos, y mi herida era muy pequeña para tener algo tan grande como lo que le sacamos a Fulo y Dorita, dos de nuestros tres dobermans.

De una vez inicié mis investigaciones sobre el tórsalo. Encontré que el parásito viene de una mosca, Dermatobia hominis, que atrapa un mosquito y le coloca los huevos por fuera, sin hacerle daño al mismo. Luego, cuando el mosquito pica a un mamífero, las larvas de la mosca salen de su huevo al sentir el calor de su nuevo anfitrión. Rápidamente se introducen por el agujero que dejó la picada del mosquito en la piel de la víctima. Una vez que las larvas se introducen en el cuerpo de la víctima, irán creciendo con la carne del mamífero que servirá de alimento para su desarrollo.

Obviamente, no tenía ganas de ser comida de nadie. Pero cuando busqué qué podía hacer al respecto, encontré que no tenía muchas opciones. Este gusano estaba hecho para resistir cualquier esfuerzo de extracción normal. Frecuentemente, la mejor vía es simplemente dejar que su desarrollo siga su camino, por lo menos hasta que la larva adquiera un tamaño manejable. Al final, después de leer y evaluar mis opciones, decidí darle tiempo al gusano para que se engordará un poco.

Al cabo de un par de semanas, ya la morada del gusano estaba tomando forma, y yo tenía un bulto notorio sobre mi tendón de aquilés. Aún así, no sentía nada, a parte de la picazón, que me hiciera sentir íntimo con mi nuevo huesped. En más de una ocasión me desperté en la noche al sentir, literalmente, como si me hubierán mordido el talón. Aparte del bulto sobre mi talón, siempre había un pequeño orificio que no sanaba. Era un agujero perfectamente circular, que crecía lentamente. Como a la tercera semana decidí ver que tan hondo era la morada donde estaba viviendo mi gusano. Tomé mi cuchilla y le quité la tapa a la pirámide que salía de mi talón de aquilés. Era más honda de lo que estaba dispuesto a cortar, y ya había quitado unos milímetros de carne. Increíblemente, la herida que me hice sanó rápidamente, y no hubo ningún tipo de infección.

Al mes, finalmente, logré ver a mi inquilino. En las mañanas podía ver algo blanco, como si fuera pus, que salía del hueco en mi talón. Pero cuando lo tocaba, la "pus" se retiraba y mi dedo no quedaba mojado. Era un de los extremos del gusano que salía a tomar aire fresco. Ahora sí no quedaba dudada que tenía algo adentro. Ya podía dedicarme a la extracción de algo real... En uno de los tantos sitios de internet sugieren usar Vic Vaporub para asfixiar al gusano y luego extraerlo. Decidí que ese era el curso de acción que tomaría.

Un viernes en la tarde empaque mi talón con Vic Vaporub y lo cubrí con "Duct Tape". En la noche, después de una par de rones, decidí ver como iba progresando el asunto. Cuando levante la cinta adhesiva de mi talón, pude ver un buen pedazo del gusano saliendo de su guarida. Inmediatamente tome una pinza de cejas y lo sujeté firmemente. Poco a poco le fui aumentando la tensión, y el gusano se fue estirando. De repente comencé a sentir como si me estuviera arañando - eran sus espinas tratando de sujetarse dentro de su morada. Pero ya el destino de mi inquilino estaba decidido: iba para afuera. Al cabo de unos segundos logre ganar la competencia de fuerza, perdió mi tórsalo. Tenía, después de un mes, un pequeño gusano de unos milímetros en mi mano. ¡Que bicho tan feo!

martes, 7 de agosto de 2007

Raspando los bordes

raspando (41K)En aviación hay una expresión que dice "pushing the envelope". Se refiere a los límites del diseño aerodinámico de los aviones que los pilotos de prueba experimentan. El trabajo de esos pilotos es llevar aviones de prueba hasta los límites de su aeronavegabilidad, y, en ocasiones, romperlos. Ocasionalmente, cuando los pilotos rompen los límites de aeronavegabilidad de su máquina, llegan al punto en tumban los aviones.


Yo remo. Mi límite no tiene mucho que ver con los límites de aeronavegabilidad. Pero el párrafo anterior es relevante por que, igualmente que los pilotos, exploro los límites de mi kayak y las rutas que creo que puedo bajar. También, en ocasiones me equivoco. En esta última instancia casi me rompo un dedo. Bueno, todavía no se si me lo he roto, o no. Pero si se ve muy feo, todo negro y azul, y la uña es historia.


En el Río Harino, justo antes de que se una con el Río Grande, hay un salto como de 10 piés. El salto cae en una amplia piscina de agua tranquila y profunda. Es un salto perfecto para una diversión sana. El problema es que el punto en que uno se lanza al vacío no es perpendicular al flujo de la corrienta, es sesgado, y como en un ángulo de unos sesenta grados. El peligro es que si uno se desliza del delgado dedo de corriente antes de llegar a la caída, el bote gira a la izquierda y se choca contra una pared de piedra. Inclusive podría quedarse atrapado entre dos
paredes. Pero para que esto suceda hay que cometer un error muy grande en la entrada al chorro. Ya anteriormente he bajado este chorro sin problemas.


chorro-P7280018 (51K)En esta vuelta todo se veía bien para una buena bajada. Hice todo lo necesario para ver mi línea desde el horizonte, calcular el movimiento de la corriente sobre el lecho de piedra antes de la caída, y pensar en las consecuencias. Aún así, justo antes de deslizarme del borde de la caída la proa de kayak se deslizo a la izquierda. Mi aterrizaje en el agua fué perfecto. Pero como mi bote había adquirido un pequeño momento hacia la izquierda, al aterrizar mi kayak se fue contra la ribera izquierda con todo el momento que había acumulado de la caída.


El impacto con la pared fué tan violento que revento una de las tiras de aluminio que amarran mi asiento. Como mi asiento está unido con el pedestal donde descansan mis piés, el impacto se transmitió al asiento. Una vez que el apoyo de mi asiento se rompió, mi cuerpo, y mis piés se corrieron hacia adelante.
dedo-P7290152 (43K)El dedo gordo de mi pié izquierdo se estrelló contra la proa de mi kayak y el resultado fue muy doloroso. Eso realmente dolió mucho. Con calma remé a la orilla, me salí de mi bote, y revisé mi pié. La uña estaba toda roja de sangre, y mi dedo se sentía como si se hubiera roto.


Ahora que escribo esto, un par de días más tarde, creo que mi dedo no se rompió nada. Pero la uña me la tuve que arrancar, y la cama de la uña se ve bastante averiada. No creo que esa uña vuelva a crecer muy sana. Por suerte, como me pasé sentado en mi kayak las próximas tres horas, mi dedo no se hincho mucho más de lo necesario. Parecía una morsilla cuando llegué a El Valle, el dedo ya se había comenzado a poner negro y azul.


bajando-P7280022 (52K)Después de ver las fotos y analizar lo que puede haber sucedido, he concluído que lo que me paró fue un tramo de roca que sobresalía un poco de la pared en la ribera izquierda. También,
pensando hacia atrás, recuerdo que en otra ocasión que me estrellé contra otra pared, mis dedos también se lastimaron, pero solo de manera temporal, al igual que mis rodillas. Creo que
puede haber una leve falla en el diseño de mi kayak en relación con la caja de los piés. Es posible que pueda remediarlo con algo de espuma en la punta del bote.


Otra cosa que tengo que probar la próxima vez que me tire por ese chorro: debo inclinar mi bote hacia la derecha justo antes de entrar al tramo final, justo después de haber iniciado un leve viraje en la misma dirección para evitar que la proa derrape hacia la izquierda. Realmente hay mucho que puede causar daño del lado izquierdo de esa caída. Hay que hacer todo lo necesario para asegurar que el bote mantenga su línea hacia la derecha hasta caer por el chorro.