viernes, 27 de enero de 2006

PanaWiki

PanaWiki, un sitio basado en MediaWiki, ya ha sido visitado 2,293 veces desde que lo instalé (solamente la página principal). No son muchas visitas, no importa como lo mire. Aún así, creo que es un sitio que irá creciendo más y más cada vez. Prácticamente no le he hecho ningún tipo de publicidad más allá de las referencias esporádicas en conversaciones, mensajes de correo, y en blogs. Por lo menos ya aparece de primero si busco PanaWiki en Google. Acabo de encontrar, escribiendo este artículo, que alguien ha decidido usar el mismo nombre para otro sitio, y que incluso ya registró todos los dominios con panawiki.

Bueno, de vuelta con lo que estaba escribiendo, este wiki ya tiene un volumen de texto decente que asciende a 54 páginas y múltiples imágenes. He estado esperando ansioso para ver cuando comienzo a ver ediciones por visitantes y hasta ahora han llegado muy pocas contribuciones. De hecho, creo que solo tres contribuciones existen. Pienso que hay una barrera tecnológica que se debe vencer para atreverse a contribuir a un wiki. Encima de eso, el tema de PanaWiki es algo limitado por ahora. Con mucho gusto lo ampliaría, liberándolo de mis propias limitaciones si existiera el interés.

La idea tiene mérito y existen muchos otros wikis que están sirviendo de referencia diariamente a millones de consultas. PanaWiki es simplemente una herramienta para ordenar mi propia data y de paso tratar de servir a quienes le interese el contenido. Hablando de contenido, será interesante ver si el otro "PanaWiki" toma cuerpo con mayor velocidad que el PanaWiki original.

jueves, 26 de enero de 2006

Cayucos Nuevamente

¡Qué bueno es estar en un cayuco nuevamente! La carrera de cayucos es un evento tan divertido, y todo el programa de preparación para la misma es tan remunerante. Este año por primera vez estoy practicando en Gamboa. Siempre había practicado en Diablo. Gamboa queda muy lejos para practicar todos los días, pero el entorno es insuperable. La verdad es que ahora que he estado haciendo la manejada creo que no está tan mal. Siguen siendo 40 minutos de ida y 40 minutos de vuelta, pero por lo menos es agradable el camino.

Quizás, lo que no me gusta de manejar hasta Gamboa es que es una manejada muy larga para llegar y enterarme que alquien falló ese día. Y, hasta ahora, está pasando con mucha frecuencia. Pero todavía es temprano y espero que tenga solución, que los compañeros comprendan lo importante que es la comunicación temprana. Cuando remaba en Diablo no me importaba mucho si alguien fallaba, apenas estaba perdiendo unos minutos de manejar.

Estoy remando uno de los cayucos del legendario Jay Gibson. Creo que eso vale la pena y justifica todo el tiempo que me tome llegar a Gamboa. Hay algo que aprender de Jay y yo voy a parar las orejas y aguzar los ojos. Ese zorro viejo tiene muchos títulos detrás de su remo. Y lo mejor de todo es que le gusta enseñar lo que sabe. Ya he estado practicando algunas de las técnicas de Gibson y creo que de verdad funcionan, como la de mantener las piernas juntas en el medio del cayuco. Ya veré que otras cosas nuevas aprendo en Gamboa.

miércoles, 18 de enero de 2006

Reporte de El Reto del Indio 2006

Este fin de semana que pasó completamos El Reto del Indio 2006. Iñaki Lassa, Daniel Brostella, Javier Bru, Jorge Patricio Riba, Alberto Pons, Rogelio Bennett, y yo completamos la ruta completa desde Chumico hasta Boca de Río Indio. Mi sobrino Tino Nellos entró de bateador emergente cuando quedamos sin tres participantes en las últimas horas del viernes en la noche y completó la caminata y la remada. Repentinamente quedamos 7 de 10 justo antes de comenzar nuestra marcha al norte para cruzar el Istmo de Panamá en un fin de semana. Juan Carlos Espinoza, Marisa Díaz y Alberto Valdés se retiraron de El Reto del Indio en la última hora por razones de salud.

Este año nos tocó una luna fenomenal que brilló hermosa cada vez que el sol se ocultó. El último día parecía que remábamos sobre el cielo cuando la luna se reflejaba sobre el agua que en momentos estaba totalmente tranquila, sin una sola ondulación en su superficie. Partimos el sábado a las 6:30am de la mañana desde la playa de Chumico. A las 9:30pm del domingo estábamos tocando la arena bajo el puente que cruza la boca del Río Indio. Pedaleamos 5 horas, caminamos 7 horas el sábado, caminamos 4 horas y media el domingo, y remamos 10 horas. Cuando nos paramos del kayak, después de estar sentados por tantas horas, las piernas estaban tan entumecidas que nos tomó unos momentos volver a recuperar su control. Cómo el año anterior, El Reto del Indio puso a prueba la tenacidad de todos los que se le enfrentaron.

Este año el grupo estaba más parejo físicamente que el año pasado. Todos los retadores tenían un nivel físico muy parejo y llegamos bastante juntos en todas las etapas. Cuando ya estábamos en las últimas horas de El Reto del Indio, algunos me comentaron que habían recibido la impresión de que El Reto del Indio sería más fácil de lo que era basándose en lo que habían leido en mis redacciones. Yo me mantengo firme en que lo único que El Reto del Indio tiene de extremo es la duración del esfuerzo físico durante dos días seguidos. El nivel de esfuerzo en si mismo es moderado, pero definitivamente que tiene un efecto cumulativo a medida que van pasando las horas. Pero yo sé que tenemos más de 3 millones de años de estar evolucionando como el ser con la mayor capacidad de resistencia en el reino animal. Ningún otro animal en esta tierra puede escaparnos cuando nos proponemos atraparlo (mientras no vuele y no nade).

Muchos animales podrán ser más rápidos que nosotros. Pero a la larga los alcanzamos a todos y al final caen exhaustos al no poder escapar al cazador determinado. Esa historia de nuestra evolución nos ha preparado para seguir y seguir, tal como el conejo en los comerciales de baterías. Después que se haya hecho el trabajo de acondicionar los músculos y tengamos un poco de fondo en nuestras piernas, El Reto del Indio se puede manejar por los que estén determinados a terminarlo. ¡Esto no quiere decir que es fácil! Pero el próximo año pondré más enfásis en la importancia de la preparación para no tener a nadie sorprendido durante El Reto del Indio.

Me encantó ver las caras de sorpresa cuando la gente veía los parajes que íbamos cruzando en nuestras diferentes etapas. La verdad es que este país es una pequeña joya, una "ruta por descubrir". Disfruté cada momento de camaradería a lo largo del camino y compartimos muchas risas con las ocurrencias de cada uno. Justo después de terminar la pedaleada, cuando todavía faltaban horas de caminata por delante, dice Daniel: "hasta en un alhambre de puas voy a dormir bien esta noche". Después de horas de estar remando, decía Javier que no había músculo en su cuerpo que no hubiese sido trabajado: "mañana me voy a despertar con una sonrisa en la cara, pero no me voy a poder mover de la cama".

Todavía me gustó más escuchar como todos decían que para el próximo año ya sabían claramente como prepararse para El Reto del Indio. Espero que de aquí hasta allá puedan mantener el entusiasmo. Jorge Patricio le contaba a su mamá lo mucho que esperó a través de todo el año para que llegará el próximo Reto del Indio. Ya está esperando El Reto del Indio 2007. El próximo año lo haremos el 13 y 14 de enero. Mi hermano Rogelio quiere llegar de día a Boca de Río Indio en el último día. Yo me siento igual que el: así podríamos llegar temprano a casa después del Reto. Este año me acosté a las 2:30am después de manejar de vuelta, desempacar los autos, y darme un buen baño con agua caliente. Pero al día siguiente me desperté muy animado y en la tarde fui a correr el Hash. Pero el criminal de Sjef nos puso a correr 11.5 kilómetros, cuando todo lo que yo deseaba era una corridita corta.

jueves, 12 de enero de 2006

El Reto del Indio

El Reto del Indio 2005El Reto del Indio ya está listo para su segunda edición. Ya estamos en la recta final... Este año vamos a ser 10, que es un crecimiento del 20% sobre el año anterior. Es fácil crecer cuando somos pocos, pero este año el grupo va a estar muy bueno. La mayoría somos los mismos del año pasado y las caras nuevas son familiares.

Ha estado lloviendo algo por El Valle. Probablemente nos toque un trillo enlodado, como en El Reto del Indio anterior. Pero en la etapa de bicicleta vamos a subir más rápido ahora que Julio se ha puesto en buenas condiciones (nuestro videógrafo estrella). Quisiera que este año llegaran todos los que comienzan, que no perdiera a nadie en el camino. Las probabilidades están en nuestra contra con más participantes, pero por poco. Este año el grupo está más parejo entre los participantes y todos están en excelente condicones.

Este vez contamos con Marisa Díaz, Juan Carlos Espinoza, Eladio Quintero Y Rogelio Bennett. Todos ellos se han destacado en diferentes pruebas de Triatlón y ciclismo. También viene Iñaki Lassa con nosotros, quien logró subir el Aconcagua en enero del 2005. Lástima que no vienen Rómulo Roux y Jorge Heilbron, hubiésemos podido tener el equipo completo del Ecochallenge Fiji 2002.

Como siempre, vamos a divertirnos. Después de todo, esa es la idea de hacer algo como El Reto del Indio. Claro que muchos no le ven la gracia, pero esa es harina de otro costal.

lunes, 9 de enero de 2006

Los trillos de El Valle

Este artículo inició como uno más de varios que he escrito tratando de compilar una guía sobre los trillos de El Valle. Tomó un giro en otra dirección después de conversar un rato con mi hermano Rogelio mientras el nos preparaba una paella. Le contaba que me extrañaba no ver más jóvenes en montañeras recorriendo los trillos que abundan en las laderas que rodean El Valle. La teoría de Rogelio es que los jóvenes no se interesaban en el ejercicio hasta después de los 25 años cuando ya era algo necesario para mantenerse saludables.


Por otro lado también dijo que lo más probable es que la mayoría no sabía que los trillos estaban allí. Esa es una razón un poco mas crédula y, por eso, yo quiero hacer algo al respecto. Desde hace algún tiempo he estado anotando los detalles de los trillos que voy recorriendo para luego organizarlo todo en una guía. Para eso estoy usando MediaWiki, el programa detrás de Wikipedia. En PanaWiki ya hay algo de este trabajo disponible.


Ayer recorrimos un trillo que sale a la derecha de la subida a La Silla. Hacía un par de semanas lo había recorrido solo, pero no había anotado los detalles de la ruta. Ahora tengo un "reloj" Garmin Forerunner 301 que se encarga de todo eso. Este aparato tiene un GPS incorporado que guarda un trazado de todo el recorrido. Junto con un monitor cardíaco me da información de los latidos de mi corazón vs. datos como la altura, la velocidad, mi ritmo de marcha, y otra cantidad de detalles. Luego del recorrido, con un cable USB permite traspasar toda esa información a la computadora para analizarla, graficarla y tabularla. Todo esto hace más fácil la compilación de cada recorrido por los trillos.


De este recorrido puedo ver que el recorrido total fue de 23.78 kilómetros. De esa distancia, 13.85 kilómetros fue el recorrido desde la casa hasta Las Margaritas. Este tramo corresponde en su mayoría al trillo, exceptuando el recorrido de las curvas saliendo de El Valle. La altura máxima que alcanzamos fue 800 metros, que es justo antes de llegar a las antenas de La Silla. Desde ese punto fuimos descendiendo hasta 366 metros, cuando cruzamos el Río Corona para comenzar a trepar de vuelta a Las Margaritas. Recorrimos esos 13.85 kilómetros en 1:53:07 a un promedio de 7.3 kilómetros por hora. En Las Margaritas, que está a una altura de 565 metros, nos tomamos un descanso en el chino que está frente a la escuela mientras nos tomamos un Gatorade frío.


La segunda mitad del recorrido fue subiendo de vuelta a El Valle. Ese tramo nos tomó apenas 43:33 (por que llevaba a Rogelio marcándome el paso). Nuestro promedio fue de 13.7 kilómetros por hora y trepamos de vuelta desde 565 metros hasta 766 metros, justo antes de volver a bajar a El Valle. En lugar de bajar a El Valle por las curvas, bajamos por un trillo que inicia justo antes de la parada de bus que está donde comienzan las curvas. Este trillo sale atrás del Centro Comercial El Valle ("El Chino"), bajando por donde era el camino original de entrada a El Valle.


Tengo mucha suerte que mi hermano me acompañe en muchos de nuestros recorridos. A menudo monto solo por los trillos y, definitivamente, no es tan divertido como ir bien acompañado. Rogelio y yo tenemos años compartiendo toda clase de aventuras. Se que esa no es una suerte que comparten todos los hermanos, y, a menudo, ni siquiera los buenos amigos. No todo el mundo es igual (gracias a Dios) y somos pocos a los que nos gusta andar dando vueltas por el monte. Por fortuna, y gracias a mi padre, a nosotros nos enseñaron de pequeños a apreciar la naturaleza, y a sentirnos muy cómodos en su entorno. Yo espero poder educar igualmente a mis hijos y que crezcan con un profundo amor por nuestro entorno natural. De hecho, ya mis hijos van por buen camino en esa dirección.

jueves, 5 de enero de 2006

Encuentros cercanos

Casi llego a mis 45 años con algo roto. O, peor, paralizado. Es increíble que cerca estamos en ocasiones de hacernos mucho daño. Este año nuevo estaba trepado muy alto en un árbol colocando unas cuerdas para hacer un deslizamiento de un lugar a otro. Cuando llegó el momento de hacer un descenso decidí probar un descensor que tengo desde hace mucho tiempo pero que uso poco. Es un Petzl Stop que tiene una dispositivo de seguridad para detener el descenso automáticamente en caso de que uno pierda conciencia y lo suelte. También el dispositivo es un detente automático: apenas sueltas el dispositivo te detienes inmediatamente. Por eso el nombre: stop.

Bueno, yo aseguré mi cuerda para el descenso y solté mi anclaje de seguridad, quedando colgado del Petzl Stop solamente. Estaba como a 30 piés de altura. No me acordaba bien como funcionaba el aparato y fui a probarlo. En cuanto apreté la palanca del Petzl Stop inicié un descenso súbito. Solté un grito de terror que me salió de lo profundo del pecho. ¡Iba a toda velocidad hacia el piso! Puedo revivir, como en cámara lenta, lo que estaba pasando por mi mente. Había cometido un error y no había sujetado la cuerda para controlar la velocidad de mi rappel. ¡Tenía que soltar la mano que sujetaba el Petzl Stop!

Antes que terminará el análisis de mi precaria situación y pudiera reaccionar me estrellé con el piso. Pasé unos breves instantes evaluando mi estado. Aparentemente todo estaba bien. Tenía una tremenda raspada en la tibia izquierda y me dolían los piés, pero no tenía nada roto. Al lado mío mis hijos seguían jugando en una piscina plástica llena de agua tibia totalmente ajenos a lo que acababa de ocurrir. Después de recuperar mi calma me paré con cuidado y fui a ponerme hielo en el tremendo golpe que me había dado con el piso. ¡Gracias a Dios salí bien librado de un grave error!